Le pedimos al ministro de Salud Jaime Mañalich el cese de las actividades odontológicas que no sean de urgencia en toda la red asistencial del país y entregar esta misma recomendación a los megaprestadores de servicios odontológicos.
La evidencia científica demuestra que el ejercicio de nuestra profesión puede ser fuente de contagio tanto para dentistas y personal auxiliar como para los pacientes y acompañantes. El trabajo directo en la cavidad bucal y con fluidos como saliva y muchas veces sangre, sumado a la generación de aerosoles, multiplica exponencialmente las posibilidades de dispersión, contagio e infección por este virus.